Atacar la falta de concentración del TDAH por el intestino.

Entrevista con la doctora Alejandra Menassa, médico internista en la Clínica Medicina Integrativa y profesora de la Escuela de Salud Integrativa de Madrid.

15-03-2021.
ABC, Carlota Fominaya.

“Casi todos los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tienen el intestino inflamado. De hecho, con solo decir la madre lo que come su hijo ya sabemos si ese menor está inflamado”. Así lo asegura la doctora Alejandra Menassa, médico internista en la Clínica Medicina Integrativa y profesora de la Escuela de Salud Integrativa de Madrid, para quien el objetivo es “comer pensando en que el sistema neurológico no se irrite más y se desinflame”.
Ya existen, prosigue, “numerosos estudios que hablan sobre la inflamación en el cerebro de los adultos en casos de Alzheimer, de Parkinson… Y ahora se está empezando a publicar sobre neuroinflamación en niños con este trastorno de déficit de atención. Y esta inflamación tiene una íntima y estrecha relación con la alimentación. Los niños con TDAH necesitan ser vistos por un especialista, pero esos niños además casi todos tienen permeabilidad intestinal, y una mucosa que hay que reparar”.
-Para los incrédulos: ¿cómo “trabaja” la medicina integrativa?
-A grandes rasgos, la Medicina integrativa contempla al paciente de manera global, no mirando únicamente el órgano afectado, y tiene la dieta como uno de sus pilares. El hecho es que la dieta que normalmente llevamos todos es de por sí inflamatoria. Comemos demasiada carne, hidratos de carbono, azúcares, muchos lácteos… Las personas sin problemas la toleran bien; pero en cuanto hay algún trastorno, una dieta inflamatoria empeora todo. Y al contrario, en cuanto se adopta una dieta antiinflamatoria, la mejoría es notable porque el terreno base está mucho más limpio para luego poder seguir con las pautas que sean.
-Las personas con niños con TDAH, ¿por dónde tendrían que empezar cambiando la dieta?
-Ahora mismo tenemos muchísima oferta alimentaria, pero está casi todo procesado. Estamos sobrealimentados y malnutridos. En el mundo occidental se le ha dado mucha menos importancia de la que tiene y se ha descuidado en aras de la prisa para ahorrar tiempo pero hay que tener cuidado. Lo principal sería dejar los procesados y envasados con conservantes y volver a comprar en el mercado. Mi recomendación es comprar la mejor materia prima posible, sin procesar y, a ser posible, sin pasar por una fábrica: la fruta en la frutería, el pescado en la pescadería y la carne en la carnicería.
¿Qué es lo peor que se le puede dar a un niño con problemas de atención y concentración?
Grasas saturadas y, sobre todo, azúcar. Los pequeños con TDAH suelen ser niños que toman una cantidad de azúcar tremenda. Hay un montón de estudios donde se señala que esto produce inflamación, porque provoca un pico de insulina y los niveles altos de insulina son inflamatorios. La realidad es que hemos perdido el foco. Estamos comiendo demasiadas calorías pero muy pocos nutrientes esenciales para el organismo. Sabemos que la media de azúcar consumida es de 50 kilos por habitante al año, pero es que hay muchas personas que no saben que hay muchos productos alimenticios que llevan azúcar añadida como, por ejemplo, las salsas preparadas de mayonesa y tomate. En Portugal de hecho ya está prohibido anunciar alimentos con azúcar para niños. Los niños se alimentan a puro azúcar. Los yogures preparados de colorines, los cereales… Solamente con quitar el azúcar el niño con TDAH se va a relajar, a tranquilizar y a dejar de estar acelerado.
Respecto a los procesados, como las galletas, los san jacobos fritos, la pizza preparada para el horno… Hay que intentar que no los coman porque tienen muchísima cantidad de grasas malas (saturadas) y harinas refinadas. La industria alimentaria infantil persigue que sus productos tengan palatabilidad, es decir, que sean sabrosos, que les resulten agradables… Para lograrlo ponen mucha grasa saturada y mucho azúcar y ambas cosas son nefastas.
¿Qué hay de la importancia del Omega 3 en la alimentación de estos niños?
El cerebro se alimenta fundamentalmente de omega 3, (hay dos principales, el EPA Y DHA). Los DHA son muy importantes a nivel cerebral. Las neuronas obtienen esa fuente energética que son los omega 3 fundamentalmente del pescado, lo cual supone bastante problema porque no se les acostumbra desde pequeños a comerlo.
-¿En qué pescados podemos encontrar más Omega Dha, o son más recomendables para que consuman los pequeños?
-En cuanto a su contenido de omega 3, no solo hay que destacar que son mejores los azules. Además es más conveniente que consuman los pescados azules de tamaño pequeño (boquerón, sardina, la anchoa sin salar, los jureles, la trucha asalmonada, el salmón pequeñito...), porque los grandes como el atún o el emperador están llenos de mercurio… Nicolás Olea, investigador y divulgador de las consecuencias de los disruptores endocrinos para la salud humana y el medio ambiente, alerta de esto mismo y llega a decir que el atún que hay en las estanterías del supermercado tiene una cantidad de mercurio tóxica para el consumo humano. Hay que tener mucho cuidado con los tóxicos porque los niños tienen un cerebro en formación y cualquier tóxico puede ser perjudicial. Sugiero que cuando los padres vayan a hacer una ensalada, lo cambien por caballa, que tiene mucho menos mercurio y mucho omega 3.
-¿En qué otros alimentos, a parte del pescado, podemos encontrar ese Omega, tan necesario?
-En las semillas. En las pipas de girasol, de calabaza, en la Chía, en el lino… Son súper nutritivos. También en los frutos secos. Las nueces son ideales, porque tienen muchísimo Omega 3 y vitamina E, las almendras, que también tienen muchísimo calcio… Aunque con estas últimas hay que tener cuidado porque tienen un poco de efecto estrogénico.
Todas estas propuestas podemos introducirlas, por ejemplo, en los bizcochos. Pero teniendo también mucho cuidado según el grupo de edad del que estemos hablando, porque los menores pueden atragantarse o tener alergia.
-¿Qué opina de la suplementación con Omega 3?
-Lo primero que hay que decir aquí es que para suplementar hay que ir a un especialista y, lo segundo, que muchas marcas no sirven para nada. Hay algunas que funcionan muy bien, con sabores agradables a limón, en formato de gominolas… Pero es importante mirar bien cuánto Omega 3 DHA tienen, si están en forma de triglicéridos o ésteres (mejor los primeros), que no lleven mercurio (recordemos que la mayoría se obtienen del pescado)…
-Usted también dice que el consumo de harinas refinadas afecta bastante a la concentración de estos niños.
-Sí, el exceso de harinas refinadas suele afectar bastante la concentración de estos niños. El trigo que comemos casi el 100 por 100 es trigo de semillas de la compañía Monsanto modificadas genéticamente para resistir plagas. Esto tiene una proteína (gliadina) modificada que es muy irritante para el intestino, que produce inflamación. Hay mucha relación entre la inflamación intestinal y el sistema nervioso central. Todo lo que sea irritante a nivel intestinal es conveniente evitarlo, y en un niño con TDAH es fundamental. Por eso hay que reducir las harinas refinadas e irse siempre al grano integral o entero: Harinas de centeno, espelta, kamut, amaranto, trigo sarraceno.. Hay bastante oferta y son, sin duda, más saludables que la harina de trigo refinado.
-¿Hasta qué edad hay más margen de actuación para evitar esa toxicidad medioambiental en un cerebro en formación?
-El mejor margen de actuación es hasta la edad crítica de los 7 años. Hasta entonces hay que ser súper cuidadosos… Pero, por supuesto, hay que seguir siendo cuidadosos incluso con los adultos. A nadie le viene bien estar lleno de pesticidas ni de mercurio, pero en los niños pequeños la nutrición tiene que ser todavía más cuidadosa, y si no puede ser ecológica, que sea local por lo menos, procedente de pequeñas cooperativas, de producción de cercanía.
-¿Qué opina de la pirámide alimentaria?
-La pirámide alimentaria está cambiando muchísimo. En la base tienen que estar los vegetales y las grasas saludables (pescado, frutos secos). Hasta hace poco la base de la pirámide eran los hidratos de carbono: harinas, pan, cereales. Ahora son los vegetales.
-¿Algún consejo alimenticio que usted considere un error?
-Sí. Normalmente se ha dicho que hay que tomar cinco piezas de fruta diaria (en realidad son cinco piezas entre fruta y verdura, pero algunas personas se quedan sólo con que la fruta es saludable. Eso supone ingerir demasiada fruta y fructosa. ¿Por qué demasiada? Porque lo que sobra en el organismo va a producir hígado graso, diabetes… Nosotros en consulta estamos viendo muchísimos casos de niños con diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia.. Es decir, un aumento de síndrome metabólico, que son tradicionalmente enfermedades que solo se veían en el adulto hace unos años, las estamos viendo en los niños.
-¿Qué pasa con la mala fama de los lácteos?
-Los lácteos, sobre todo los que están procesados, en general son bastante inflamatorios, más por la caseína que por la lactosa. (A no ser que el niño tenga intolerancia a la lactosa). Tienen muchos antibióticos, hormonas, que se le dan a las vacas para evitar las mastitis… Es mejor tomar leche ecológica, procedente de vacas de pastoreo. Con los quesos pasa lo mismo. Lo bueno es que ahora mismo hay una oferta enorme de “leches” (o bebidas) vegetales, de yogurt y leche de coco, almendra… En general, si se quiere tomar lácteos, es más recomendable que sean siempre ecológicos.
-¿Se puede reparar una mucosa intestinal dañada? ¿Cuánto se tarda?
-Por supuesto, es posible reparar la disbiosis y el desequilibrio de la microbiota intestinal producido por una mala alimentación y un uso excesivo de antibióticos. Hay una manera muy sencilla de mirar cómo está la microbiota: con una máquina de biorresonancia nosotros hacemos un estudio del intestino y establecemos el tratamiento. Primero reparamos la mucosa, que es como abonar la tierra, y luego sembramos con los probióticos. Se nota mejoría desde el primer mes, pero todo el proceso puede tardar de seis meses a un año.
-Parece muy difícil que una familia cambie de hábitos alimenticios…
-Esto hay que ir haciéndolo poco a poco, se van cambiando cosas, introduciendo alimentos paulatinamente… Muy poquito a poquito. Y por supuesto, si se hacen cambios en la dieta, siempre de la mano de un especialista, sin quitar ni sustituir alimentos al niño sin asesoramiento porque puede producirse un déficit nutricional. Pero en general se mejoraría mucho teniendo conciencia de lo importante que es la alimentación y no cogiendo cuatro cosas procesadas en el supermercado para sobrevivir. Desde aquí animo a las familias no solo a comprar buena materia prima, sino a que vuelvan a cocinar.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Coronavirus y aceites esenciales – Protocolo ofrecido por Marc Ivo Böhning

Cumbre mundial del cáncer. Entrevista Dr. Dwight McKee por Kris Carr

INVIERNO, MTC y AROMATERAPIA